jueves, 29 de septiembre de 2011

Distracción

Ya no alcanza la pregunta milenaria
bajo esta dinastía de fuego.
Todo es montaje, un pulso etéreo
establece la muerte virtual
hasta una resurrección sin alma,
la historia culpa.

Luego de abolir la compasión
el pasado debería reducirse
a un puñado de certezas,
un atajo para no perderme.
Habrá recuerdos que conspiren,
embelesos con forma de mujer

Los siete segundos que roba la belleza
alcanzan para morir.

Victor Marcelo Clementi

sábado, 24 de septiembre de 2011

Personajes Olvidables (humor)

Pipo Parra, inventor de la Técnica Zen para la Pesca Satelital.

Pipo navega de noche. Aborda su PC y de inmediato conecta el rastreo satelital. No bien un cardúmen de mujeres aparece, Pipo lanza las redes indiscriminadamente:
-Qué hacés el sábado?
Enter, y mensaje enviado a todos los contactos femeninos.
El invierno fue duro, escaso: sólo cangrejos y aguas vivas quedaron atrapados en las redes sociales. Ánimo Pipo!!! Un tiburón blanco espera.
Aunque no es el único recurso de Pipo. Durante las lunas llenas, calza sus gafas infrarrojas con detector de movimiento y ataca todo lo que genera calor.

Vicius Clem

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Inequívoca

¿puede caducar una utopía
luego de girar hasta marearme?
la procesión responde al mandato

el asesino culpa a las voces del más allá
el hambre roba cadáveres

la conciencia es la cenicienta del barro.

William Clement

Ji Eco

Sólo le pido a dios que devore
a mis enemigos y los escupa lejos,
ya no deseo espíritus torpes
arrastrándome al cadalso.

Si todo cuanto ocurre es necesario,
entonces mi respuesta tiene doble significado.

Jean Marcel Clementí

¿?

ligeramente nómade
me apequeño ante tus dedos
hechos con la misma nada

dudo que el magma haya
esculpido piel tan exacta,
algo así no pudo gestarse en este mundo

mejor que seas un secreto
perfume que morirá sin descendencia.

Victor Marcelo Clementi

Intrínseco

harto de formatearme de reciclarme
de repasar un antivirus luego
de intoxicarme con todas las tribus,
libero axiomas

me siento un brotecito chamuscado
por la anarquía solar,
el hueso que descubre
una bolsa de basura rota

soy menos que la palabra menos
apenas un punto suspensivo
en un papel sucio que rebota la vereda

de poco la suspicacia si estoy encerrado
excepto para comprobar que transcurro
verdaderamente solo,
tal vez el ideario del infinito.

Victor Marcelo Clementi

viernes, 16 de septiembre de 2011

La Merluza en el ropero (Humor)

La merluza en el ropero para espantar polillas. Por la baranda en la ropa no hay historia, soy tintorero. Pero no tengo más negocio, abandoné hace poco. Resulta que sufrí un ataque de realidad, un shock, un bofetazo; lo cual me provocó decepción absoluta. Deprimido a full pensé en matarme, pero no me convenía: ¿qué iba a hacer después de matarme? ¿y si la eternidad es un embole? O lo que es peor: encarnar en gusano. Más vale permanecer a curtir la que me toca. Y esa leve intuición hacia el destino me abrió un umbral
Como toda película comenzó una mañana. Paveaba yo por las mejillas del pensamiento cuando un graffiti me sedujo: "Sos un espíritu más, la carne es poco. Mudate a otro mundo¨ Abajo una firma: Sandokan. Y un teléfono.
Sandokan, Sandokan... Emilio Salgari, Lady Mariana. Si tuviera que escoger un héroe, a pesar de mi apatía crónica, no habrá ninguno igual. La infancia en una botella que arrojé tan alto pude, aún no encontró piedrazo...
-Y lo llamo- aposté. Y así fue.
Al principio me costó la cosa, pero al tercer mes, exactamente, sucedió: aceleré la desmaterialización. Fue gradual: los dedos del pie, el tobillo, rodilla, coxis, omóplato, clavícula, cráneo, todo...
Durante el proceso lo perdí todo: negocio, minas, vicios, todo. Tuve que esconderme hasta completar la mutación.
Ahora soy todo espíritu, casi, me quedó un detalle: olvidé la merluza en el ropero. Y es imperdonable. Esa manchita de mierda conspira contra mi evolución, la puta madre, ya no seré perfecto
¿Qué hago en el limbo? Acá son todos boludos, impávidos, asexuados, monótonos, pajeros...¿Cómo pianto de esta verga? Ya lo suponía, se lo dije a Parra: ¨tengo miedo de pasarme al lado místico, a ver si no escribo más...
La meditación engendra limbos.
Aunque de posta, lo único que hacía era escribir como un pelotudo. Ahora, paseo como un pelotudo. Estoy condenado...
Otro lapso de comprensión, esta vez me condujo al océano. Por fin me liberé de ese limbo de mierda. Ahora soy un pez, libre, íntegro, en conjunción con el Todo...Paz, siento paz...¡ La reputísima madre, que poco dura la vidurria! Nos engancharon a los vagos en una red, y a la bodega del factoría, en hielo. ¡Qué aburrida es la criogenia! Tener conciencia sólo para quedar inmóvil, cagado de frío. Luego te exponen en una góndola, adornadito con lechuga, y un pelotudo como yo pasa, se tienta, me lleve a casa, sin heladera, y me esconde en el ropero para que no me morfe el gato.
¿Qué hago acá? ¡Abrime boludo! ¿Cómo voy a abrir si estoy adentro, podrido en un paquete? Yo mismo me encerré, ahora sé que la existencia es otro laberinto.

Vicius Clem
victormarceloclementi@yahoo.com.ar

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Crónicas del renegado 2011

Sanos abstenerse

Frente a la droga, siempre, hay más un problema de mercado que de salud. Escribo esto mientras fumo el popular tabaco rubio (suave)y pronto la Patria Sanitaria habrá de recluirme sin excarcelación al limbo de los Enfermos Incurables. Los tragadores de analgésicos, de vegetales, de gemoterapia, los aerobistas y aeromodelistas, los evangélicos, los pastilleros de Mentho-Lyptus y la Juventud Mariana me tildarán de subversivo y me pondrán de contramodelo ante sus homeopáticos hijos. Tendrán razón, pero desde mi celda, esperando los fasos de ligustro como rehabilitación, les gritaré que toda obsesión es droga, y la peor, imponerla a otros, violar la libertad de elección con el argumento de que no es la de ellos. El chabón que me espeta su inminente muerte como fumador pasivo, acto seguido monta su auto y me arroja una bocanada de dióxido que, asegura, jamás se llevaría a la boca. En este mismo instante un antiabortista acaba de asesinar a un médico abortista, y prontito, los lavadores de pingüinos envenenarán el tanque de agua de los empresarios del petróleo, y los partidarios de la multiculturalidad asesinarán a los racistas.

Santos del cuerpo. Explorando la historia, veremos dos constantes: siempre hubo falopa y siempre se la persiguió. Y la persecusión no se debió nunca a sus efectos nocivos, que hasta el siglo XX estuvieron lejos de comprobarse, sino porque escapó al control de la autoridad constituída. El daño (real) sobre el cerebro humano importó menos que el tráfico que escapaba a su control: el Estado Universal, al no lograrlo, se convirtió en cómplice y lo declaró prohibido, y gana hoy más así que cobrándole impuestos.
Al revés de lo que piensan los inquisidores médicos, la droga encarna un excelente vehículo de control social, al mostrarse como sedativa, relajante, reguladora y lucinógena: logra más lucidez que locura en la mayor parte de los casos. Y al mismo tiempo la versión oscura florece, acechan-te, como que todo placer destruye después de liberar o satisfacer al pobre particular víctima de su seducción, excusa oficial válida para ejercer la política del cerrojo.
Citando a Fernando Savater, en la modernidad se pasó de la censura del alma, es decir, quemar brujas, herejes, judíos, bígamos y demás transgre-sores de los mandamientos espirituales y la santidad del dogma, a la censura del cuerpo, principio y fin de nuestras humanas aspiraciones. La peor pobreza es la que no se ve, pero el paradigma actual reside en ser Bello por encima de Bueno y Verdadero, y lo que contraría ese ideal consensuado ataca directamente la base de sustentación de la vida civilizada. Ser un genuino hijo de puta no obsta, como funcional a la ética de mercado: se autolegitima con su sola llegada. Un hombre o mujer abstemios, musculosos y de sangre y pulmones asépticos a la mandanga o todo otro intruso no natural son el individuo casadero del presente, el caballero o la dama sin mengua y sin tacha. El peor adjetivo que se pueda enchufar a un adolescente es gordo. No extraña que la droga, de nuevo valgan las contradicciones (¿contra-adicciones?) del capitalismo, esté tan extendida. Porque se volvió imprescindible para llegar, sobretodo si adormece la moral y energiza el cuerpo en pos de trepar escalones. El peor tipo es el tipo sin ambiciones, sin competitividad y, sobretodo, sin buen aspecto. Ningún genio del presente es obeso. La vida es un deporte, no un sueño. Ni una aventura.

Drogas para irse y drogas para quedarse. Un maldito suspicaz podría deducir que, pasada la fiesta inconclusa del 68 y el hippismo, se ahogó a Occidente en cocaína a fin de que rindiera despierto al desafío del sistema neoliberal, y desde la otra esquina se le inyectó generosamente heroína con el propósito de que se rindieran los remisos, los sumisos, los peligrosos o, en pocas palabras, los jóvenes. A medio camino quedó la marihuana, que excita y relaja en partes iguales, folclórica y sin tecnología, fácil de identificar por el olfato y barata, para condenar a ojo al más atorrante de la cuadra. Sin mutuas exclusiones, habiendo de todo en cualquier sitio, podríamos sintetizar la cartografía de la droga así: porro latinoamericano, coca yanqui, heroica europea. Cada cual sabrá dónde ubicar los niveles de eficiencia, contralor y simple desidia.
Entramos en la época de las dictaduras razonables. Nadie en su sano juicio podría oponerse a la prohibición de fumar en lugares cerrados, así que los (nuevos) pecadores somos exonerados a la puta calle, con la implícita aceptación de nosotros. Una ordenanza del No Tan Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredón acaba de expulsar de las jugueterías las armas de fuego de plástico, sin hacer referencia (todavía) a los play station sanguinarios que salpican las pantallas delante de nuestros inofensivos niños. No falta mucho para que se multe a los comensales de restó que pidan milanesa con papas fritas, so pretexto de que el colesterol y los triglicéridos son subversivos y un potencial infarto mientras manejan el auto, debido a su ingesta inmoral, podría general una colisión en cadena. La Ley Seca ya avanzó un tanto mediante los horarios para su expendio, y los controles de alcoholemia que gravan al réprobo capaz de superar los dos vasos de tinto. ¿Quién podría considerar violados sus derechos constitucionales, cuando se trata de pensar en los demás abstemios, que también los tienen? Y así, conculcados bajo amenaza por los estoicos vengativos (perdón: justicieros) y su moral del cuerpo, se empieza a definir el crimen de Leso Epicureísmo-Sibaritismo hacia los horribles antropomorfos desalmados responsables de todas las enfermedades que aquéllos sufren gracias a la desaprensión y egoísmo suicidas de éstos. Después de todo, no cuesta nada fasear en la calle, escanciar agua saborizada y masticar caléndulas. A la Sociedad de Control no le preocupa más nuestra ideología –porque ya somos todos liberales—y sí qué nos llevamos a la boca mientras la pronunciamos. ¿Otra vuelta de torniquete del influjo imperial norteamericano, que ahora llamamos globalización, procedente de una cultura donde se pastillea, se inhala, se chupa, se mata por un puesto, se ejecuta a un deudor luego de ir a misa, y siempre sin tabaco? En USA un menor de edad llevó a juicio a su propia madre, renegando de ella, porque… fumaba. La campaña anti-Barack Obama encarada por la cadena televisiva Fox invitaba a no votarlo: la razón, encima de negro y demócrata, fumador.
La peor droga sigue siendo la pobreza. Esa que consuela a los insalvables con el paco suicida. Como las promos de los supermercados, más barato por docena.

Gabriel Cabrejas

domingo, 11 de septiembre de 2011

Fugaz

la verdadera felicidad no dejaría resaca.
la nostalgia ¿es resaca?

la felicidad impone consumirse
amnesia instantánea
cada recuerdo un poro
babea lucidez

¿qué sería del poema?
si tuviese un lapiz para borrar tanta lluvia...

Victor Marcelo Clementi

Divertimento

yo me hallo vos no hayas
cortaría mi cabeza una y otra vos
con tal de...no sé
perder-té perder café
desayunar-té
¡cuánto té!
¿vos venís en hebras?

ahhh...
estás picada y en saquito
¡qué leche!
té con leche, che
siempre té ¿tas ahí?
cheta, sos una cheta
arrugás ante el amague
si decís que me entendés
estás más loca que yoes.

PD: no cagues sobre la tortuga
cuando pasea por el living
la vida aloca.

Vicius Clem

viernes, 9 de septiembre de 2011

Rasparme

armonizar espectros
reunirlos en mí
algo definitivo

una mordaza de piel
resguarda el pendular
de lo informe

respirar la paz de los volcanes
y que no lastime la escuela del presente

el Tiempo es una parábola pinchada
parpadeo que recorre lo inasible

¿entonces qué?

Victor Marcelo Clementi

jueves, 8 de septiembre de 2011

Abraca dabra

el ideal es un fluído
que interpreto en alguien

una entidad huésped
en otro cuerpo del azar

apenas un fantasma de carne
que salpica lo sensual que necesito

el deseo es el primer mago
luego el placer será por añadidura.

Victor Marcelo Clementi

Piel de agua

creo atardecerme junto
a las entrañas de la lluvia
que no llega pero moja
desde lejos como un beso deseado

cada nombre sobre un vidrio
desvanece, rueda lento
por la superficie del tiempo
hasta fundirse en mis pies

trepa los huesos enredándose
en la sangre hasta el latido

todo nombre es una gota
que tarde o temprano saldrá por mis ojos.


Victor Marcelo Clementi




martes, 6 de septiembre de 2011

Insuficiencia

Desaprendo los bastones del día
las profecías talladas en un insecto
cada singular es una valoración superflua
secuencia de la misma taquicardia

¿por qué dependo tanto del sonido?
acaso por ser vibración antojadiza

a medida que nada sea medida
escupo al resplandor que me ciega

entonces apreciar sería
ponerle precio a mi estupidez.


Victor Marcelo Clementi 

lunes, 5 de septiembre de 2011

El Tiempo transforma la mágico en bizarro

Bastaría rememorar, allá por los 60, la primera versión de Viaje a las Estrellas: tripulantes con minifaldas y peinados verticales, como la mamá de Mafalda; el sobreactuado protagonismo del Capitán Kirk, siempre a los trompazos contra los extraterrestres, similar a Jonh Wayne; un Mr Spoke que sólo levantaba una ceja, como si pasara la seña del ancho de espada junto a su hiperlógica muletilla: fascinante..; El Enterprise, una nave de plástico rellena con plastilina, igual a los autitos de carrera, cuando de pibes los hacíamos más rápidos. En definitiva, una versión psicodélica de aquellos años que hacían suponer un futuro de ciencia ficción, bastante más lento que lo presagiado.
Todo aquello que nos parecïa mágico, inminente, los ojos del hoy lo ridiculizan hasta lo bizarro.
Cualquier dibujito animado exhibe monstruos que asustan más que esos alienígenas ridículos, con menos terminación que Frankenstein.
Es cierto que la atemporalidad en el juicio es una falacia, pero la perspectiva tiene, como en este caso, fecha de vencimiento.
Aún así la nostalgia que todo lo puede, nos evoca esa fantasía recurrente, para sospechar tal vez, aquello que perdimos.

Victor Clementi