jueves, 31 de diciembre de 2015

Debería

debo perdonar a mi maestro
luego de amarlo y aborrecer tal dependencia,
debo compensar tanta inexactitud
con alguna alegoría reciclada,
debo asesinarme ante el riesgo de perdurar
siquiera en la médula del abismo,
debo hacer una fogata con todas mis suposiciones,
debo paladear la escases
hallar umbrales en la rutina
fugar hacia la magia
beber sorpresa orgiástica,
debo escarbar las vetas de la intuición
antes que supure magma y cicatrice la luz,
debo verter mi sangre en el pozo de todos los misterios
para inmiscuirme en ellos
y secretar poemas a ninguna parte,
debo reiniciarme cada vez que el amanecer
decida conspirar lo inexistente

debería levitar un tanto más
para no descender a los clavos que laceran el alma.

Vittorio Marcelus
 

martes, 22 de diciembre de 2015

Colapso interior

últimamente los milagros me esquivan
esa desafección al hechizo
ese des-encanto
libera
será que enjaulé la fe
para evitar sospecharme

para ser congruente con los divagues que acechan
trasgredo los sepulcros del alma
con viril bizarría

burbujeo en penínsulas de placer
cabalgo palabras tras la magia crepuscular
hasta vomitar pirámides en cráteres viciosos

lejos de aquellas epifanías
sodomizadas por los profetas del caos
inespero atribularme
y desisto los escoltas que engañan sombra

en un escenario absurdo
la dualidad de lo obvio es idioma
por eso resucito en límites grotescos.

Vittorio Marcelus
 

lunes, 21 de diciembre de 2015

Cautivo

Asearme impunemente a la deriva
ventilo dudas cuatreras,
los diáfanos ocultos roen
mi apetitoso orgullo

los hilos del silencio
fueron cielos esquivos,
avalancha de huesos
dientes de maíz bajo la almohada

tendencia piel
áurea confinada a la limosna
de un rey incógnito

prefiero una promesa desnuda
a los harapos de la Verdad.

Vicius Clem

sábado, 5 de diciembre de 2015

Algo musita

Ya no quiero aquella mística lograda
sólo para no llorar ante el espejo,
ya no quiero esquivar los asteroides
que pronto me desintegrarán,
estoy perdiendo cosas que alguna vez valoré.
Me harté de ocultar estas ojeras criminales
que delatan noches de permanecer convicto
en la vagina de una ciudad que perdió el misterio.

Mis poemas serían la bitácora
que narra este eclipse mental,
subo al jopo de un meteoro
y extravío en cielos eróticos:
último beso del astrolabio
a las estrellas desnudistas

fango en el prepucio de un cometa
que inocula corpúsculos dormidos
para migrar al inicio.

Vittorio Marcelus
 

Emisión aleatoria

Soy aquel aroma pueril que escapa de la alcantarilla
y trasborda al olfato transeúnte
como un hilo suicida,
soy aquel siseo volátil que dibuja
esa hoja recién abatida por una crisálida,
soy aquella vibración huérfana que ruge
sólo en mi cabeza y deposita larvas incógnitas:
me asocio a lo inmediato
desde aquel planeta que sucede vida
y muta en secreciones alegóricas.

el arquitecto que criaturó la Idea
no supo defenderse de ella,
el diseño desbordó al origen,
la simetría ha descuartizado a dios en conjeturas:
tarde o temprano los hechizos traicionan.

dicen que el señor perdona pero el universo jamás,
la creación es un destello violento
la materia compite
la vida reverbera en charcos hediondos

no hay mejor poesía que la supervivencia
los cadáveres son letras que ilustran sinfonías
¿acaso no es paradojal que lo bello
haya sido ecombro y la metáfora fuera silencio?
la muerte es otra deidad que excede al ateísmo
y escupe el ruego de los cobardes

Niestzsche asesinó a dios y desapareció el cadáver:
nada lo incrimina
sólo la negligencia de los crédulos
que repite la historia de tanto mendigar certezas.

Vittorio Marcelus