La poesía ha envenenado al mundo.
Afortunadamente ha muerto
los sueños volverán a las cosas
los ojos caerán a la vereda sucia
y habrá muros sangrando la frente,
ascensores abiertos al precipicio
la muerte tiene hambre
limpia la infección humana
y el planeta nace una nueva poesía
quizás la verdadera.
Vittorio Marcelus
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