domingo, 2 de abril de 2017

Mecer en la quietud

demasiadas sombras juntas para no ser noche
demasiadas vísceras latiendo
esperar a un Frankenstein
demasiado humanos errando el planeta

allí, donde peligra el horizonte
las aves mueren de tanta civilización

demasiados gurues en las aguas hambrientas
sobredosis de religión que perdió la magia
demasiado sexo perezoso

soy un fundamentalista de la Noche silenciosa
del sueño que arrulla la conciencia
llevo el aurea vagabunda

y al borde de la vida
hacer mandalas con el alma.

Victor Marcelo Clementi





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