el deseo no se elimina por decreto
no se confisca, no se disloca
¿cómo abolir una abstracción?
el deseo es el sentido más autodidacta
no prefigura, por lo tanto no prescribe
si aún fuese posible decapitar una ilusión
ésta replicaría nuevos deseos
hablo del verdadero deseo
aquel nacido en la inmediatez:
no será recuerdo porque se ha consumido
el deseo espontáneo, no la necesidad
ese lastre insaciable
tampoco el deseo místico
que copula con arcángeles
o santos en éxtasis y fuga
profetas del caos
hablo de ese instinto incorpóreo
y no del mandato genético
el deseo que se disuelve en la simultaneidad
y porque ha nacido súbito jamás muere
entonces no renace: trasmuta.
Victor Marcelo Clementi
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