CICATRIZ DE UN BARRIO QUE OLVIDO PALABRAS
A tres cuadras un baldío. Durante años.
Yo trepaba el paredón de ladrillos mezquinos y caía a sus cráteres.
Refugio de basura, pesadillas y la primera Utopía.
En ocasiones un duelo: El Capitán Kirk versus Eliot Ness.
Qué daría por regresar a esas calles con faltas de
ortografía y conventillos que perdieron la armadura...
Sé que el tiempo amenaza con disolverlos, aunque el recuerdo
no lo merezca.
El recuerdo resiste y se amotina, y acaba siendo milagro al
que siempre hay que estarle agradecido.
Barrio donde me creció esta poesía balurda, donde bailan
duendes con scanners y los muertos beben suero junto a un cyborg.
Mundos paralelos entre malandras y ovnis
y un soldadito de plomo para romper el video.
Un lasser aturde la penumbra del zaguán.
Alguien enciende una galena satelital.
Milongas en el wincofón, rubias tostadas bajo un spot.
Barrio de robots y langas, donde el truco apuesta mufa por
telepatía.
El recuerdo es un agujero mágico y negro, tan malo como un
milagro a quien siempre estar agradecido.
Victor Clementi 1996
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