ALICE BLUE
GOWN
el castillo de Alicia guarda un naipe de hueso
una astilla que anduvo su corazón
al que le bastaba amasar la tierra
posando dulcemente la luz en sí
la misma al descubrir un esqueleto en la fronda
mariposa qué delicado es tu camino en el paisaje
para acercarte a su blancura
la de una luna atrapada en un balde
donde anoche me bajaron el quebranto
sueños de verdes páramos y altas sonrisas
que aún saben de mí niña
cuando nació pegada a un azulejo
que la hizo morir de tristeza al nacer
lo que no saben de ella es que la obsesiona
la idea de seguir a un conejo para encontrar
a su hermana menor
pues se me parte el corazón al explicarle
haberla perdido en un juego de barajas con jesús
quién conoce la carta tatuada bajo mi camisón de oro
por esos días mis pisadas fueron agrias
como leche cuajada en el monte
sólo Alicia sabe sentir dolor igual que nosotros
tal vez si apuesto con ella podré lamentarme
sobre un buen par de tetas
y no girarán las rosas entumecidas por el sol
rojas con cada reina decapitada y ultrajada en la vida
Leonardo Alezones Lau
(Venezuela)
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