jueves, 11 de febrero de 2016

A todos mis alter-ellos

Antes de exiliarme en la locura definitiva
-a una fase sin dádiva de retorno-
prefiero besos nadie
concubinas sin amor
a merced de la lujuria.

No soy una abstracción desesperada
ni un obrero de la duda
tampoco llevo el miedo agusanado en las mejillas,
sólo aspiro intermitencias
a la vez que me socava un color estúpido.

Me sumerjo en pantanos eróticos
que pocas veces resuelvo,
no sé si son ángeles ocasionales
los que ofrecen migas de sus manos,
tantas moléculas de amor a la papelera de reciclaje.

Necesidad de compensarme:
masacre irreal entre barítonos enfermos
que ahogan la mañana con bostezos

en el nombre de ese dios huerfanito
que se aparea con las aguas.

Vittorio Marcelus


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