satisfecho con esta cuota de amor
deseo drenar decibeles eróticos
muy vorágine
relieve
verter un corolario de espuna
en la pupila de un río que muere
un fragmento de Eros escapa
esclarece los espejos desnudos
abre cántaros de lujuria
para no desvanecer intacto
los ancestros del vino
coagulan la Noche
sin más armadura que la osadía.
Vittorio Marcelus
martes, 31 de marzo de 2015
lunes, 30 de marzo de 2015
literaturbia
balconea la tarde seis estrofas de lluvia
observo mis ráfagas:
han sido nada
desierto
donde mi bestia intuitiva
interpreta orgasmos contenidos
y esquiva escenas de amor innecesarias
llevo el plenilunio cansado
por tantos vínculos erráticos
me avalanchan hipótesis
tempraneo
me ahogo en esta sangre instantánea
y en tanto la muerte y la suerte rimen
la mañana seguirá rebuznando en mis sandalias.
Vittorio Marcelus
observo mis ráfagas:
han sido nada
desierto
donde mi bestia intuitiva
interpreta orgasmos contenidos
y esquiva escenas de amor innecesarias
llevo el plenilunio cansado
por tantos vínculos erráticos
me avalanchan hipótesis
tempraneo
me ahogo en esta sangre instantánea
y en tanto la muerte y la suerte rimen
la mañana seguirá rebuznando en mis sandalias.
Vittorio Marcelus
sábado, 21 de marzo de 2015
Besos Vampiros
Los besos tibios no mueren
maldita espera repetía la canción
presumo una noche perezosa
casi felina
afuera es nadie y llueve noche
tergiverso el tango que me fuí
y este pan que aquí nos queda
en la mesa pordiosera
lo comparto con dilemas
hasta cuándo la esquina...
desde otroras coincidencias
gozo alucinaciones góticas
que le mienta a los infiernos!
ya tengo su sangre.
Victor Marcelo Clementi
viernes, 13 de marzo de 2015
Malvinas en Las Acacias
IMPORTANCIA DE LA GUERRA DE MALVINAS EN LA PELÍCULA
ARGENTINA LAS ACACIAS por ALDO ORSO
El protagonista ha vivido el drama de la guerra de Malvinas,
y con gran brillantez artística jamás lo dice en todo el film. Es la teoría de
Iceberg de Ernest Hemingway.
Uno como espectador podría pensar que la película es una
Road Movie que trata de un camionero adulto que lleva una madre joven con su
bebé de Paraguay a Capital y que finalizado el viaje invita a sus pasajeros a
otro viaje largo para disfrutar su compañía. Y eso es todo.
Para nada. El espectador de cine se
“ve” bombardeado por lo “no dicho”: todas las peripecias, tragedias, dramas
personales y hondo sufrimiento del protagonista de la guerra de Malvinas está
allí. Aunque no se diga absolutamente nada al respecto. El Iceberg, el
camionero lleva en su interior el drama vivido en las islas décadas atrás. No
lo manifiesta. El espectador no verá flashback con hechos de guerra, ni
comportamientos violentos en respuesta de algún ruido fuerte, ni
estremecimientos o ataques de pánico, ni el más leve atisbo, ni el más
insignificante indicio de ese pasado trágico. El espectador deberá descubrirlo
de forma mucho más sutil.
Y esa es la fuerza oculta del
Iceberg. La importancia de lo “no dicho”.
Lo captó muy bien el literato
Abelardo Festivo, lo cual es mucho decir, cuando me manifestó: “de las
películas de guerra, Las Acacias fue la que más me impresionó”.
¡Uno piensa en esa
superproducciones de millones de dólares con tanques, aviones, acorazados,
efectos especiales complicadísimos, etc. que no describen el drama bélico con
la profundidad de Las Acacias con su
magro presupuesto!
El afamado crítico de cine Catriel Gabrejas nos acerca
también el pasado circense del camionero. Nunca se verá en la película ni
ponerse por un segundo una nariz de payaso para alegrar al bebé, ni mostrará
habilidades con objeto alguno, jamás habrá un indicio claro de toda una vida en
el circo. Otra vez la teoría del Iceberg y de las dos historias de Piglia: el
film describe maravillosamente su vida en el circo como sus dramas en la guerra
de Malvinas justamente porque no dice nada sobre el tema.
Se sabe que un radioteatro es superior a una telenovela,
porque la TV todo lo muestra en cambio la radio hace trabajar la imaginación
del oyente. Entonces que tan superior debería ser una película que ni muestra
ni narra en voz alta las peripecias en el circo del camionero. La imaginación
no tiene límites en este caso. Lo mismo para su evidente participación en la
guerra del 82 al estar maravillosamente oculta y a la vez tan presente.
En el cuento “El gran río Dos-Corazones” de Hemingway este
escritor describe soberbiamente el drama interior de Nick Adams por haber
estado en la guerra sin decir una palabra al respecto. Se trata de lo
sobreentendido, de lo oculto del Iceberg. Lo que aparece como una trivial
excursión solitaria de pesca de Nick es a todas luces otra cosa. Algunos no lo
captan, por ejemplo ¡el cuento está reproducido en una página WEB de pesca
cuando tendría que estar en un sitio WEB de guerra! En la Tesis del cuento de
Piglia, en donde cada cuento tiene dos historias, este relato de Hemingway
tiene una segunda historia que no aparece nunca. Es como aquel dúo donde el
segundo integrante está ausente siempre.
El espectador normal, el vecino común, se perderá la
profundidad y el drama psicológico causado por el conflicto armado del sur en
películas como Las Acacias dejando
aparte, sin aprovechar, justamente el lado más rico de su arte.
ALDO ORSO
MDP - Barrio Las Dalias, 2014
domingo, 8 de marzo de 2015
Umbral
"crucé la puerta que no había tocado
sólo para volver a la misma calle"
Momento exacto para asesinar un poema
y degollar esas criaturas ociosas
que cuelgan de la mente hasta disecarla,
advierto bizarrear secuases logaritmos
acróbatas inciertos en el umbral con la nada.
Ignoro qué resortes misteriosos
habrá fumado mi aldea
para que nazca paria,
ni cuantos ancestros escupieron los dragones
hasta moldear esta esencia transitoria.
Tras algunos depravados intentos
de obsecuencia conmigo
logré castrar la armonía
en dos esferas antitéticas
con las que hago malabares
en la esquina de mis muertes
esperando una propina hechicera.
Vittorio Marcelus
sólo para volver a la misma calle"
Momento exacto para asesinar un poema
y degollar esas criaturas ociosas
que cuelgan de la mente hasta disecarla,
advierto bizarrear secuases logaritmos
acróbatas inciertos en el umbral con la nada.
Ignoro qué resortes misteriosos
habrá fumado mi aldea
para que nazca paria,
ni cuantos ancestros escupieron los dragones
hasta moldear esta esencia transitoria.
Tras algunos depravados intentos
de obsecuencia conmigo
logré castrar la armonía
en dos esferas antitéticas
con las que hago malabares
en la esquina de mis muertes
esperando una propina hechicera.
Vittorio Marcelus
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