jueves, 29 de diciembre de 2016

Prosapia del Instante

hay verdades perezosas
sombras robadas al desmalezar superfluos

dame un poco de dios para creer en mí

de vuelta a las chozas genitales
al universo niño pisando charcos de lluvia

cada cosa permanece latencia
cada idea aún sin pergeñar,
sólo resta darle vida
la sagrada posibilidad

embaracé al instante
con promesas que serán abortos

no fui yo, fueron las circunstancias.


Vittorio Marcelus Clementi


viernes, 16 de diciembre de 2016

Deshollinador del Misterio

¿qué haría con la Verdad si me acercara a ella?
sospecho otra pulsión para mi ego
los latidos previos al umbral

sería seducir a la muerte
para luego abandonarla en un altar
debajo fuego color sangre metamorfosis

¿qué haría con la Verdad si tropezara con ella?
hace mucha gente que no la encuentro
siquiera un vahido de belleza que invite a sospecharla

desde niño juego a las escondidas con ella.


Vittorio Marcelus


Hasta cierta frontera

actúo bajo navegador intuitivo
tras concluir que cualquier camino
conduce al mismo aeropuerto abandonado
al mismo tren sin estación
nadie donde huir

con la misma tradición que el éter vagabundo
miento el noviazgo con las horas
a esta bestia cónyugue que alojo

la rebeldía de un poema
apenas rasguña los huesos de la sombra,
ya le han mentido excusas a  la muerte
a esa gran titiritera

mientras mis dedos remolonean orgasmos narrativos.


Vittorio Marcelus


Confluencia

Las tres fotos que llevaba el pordiosero al suicidarse
eran todo su pasado, las identidad, los secretos...
Dejó una carta con una reflexión que apenas surcaba el vacío:
esta muerte no será la verdadera.
Broma o adivinanza.

El alma jamás pregunta.
Las preguntas son los números del alma.
Tal es la prisa de los capullos por renacer.

¿en qué etapa del Cielo quedaron mis orillas?

Vittorio Marcelus Clementi


viernes, 2 de diciembre de 2016

Lugareño del Cosmos

Fugué de las tribus del Edén
para iniciarme lugareño del Cosmos.
Acaso encerraron en las urnas de mi cuerpo
un secreto ávido por desperezarse.

El celibato de las cosas que pensé
presumía voces inexactas
sólo por conspirar aromas
e incitar capullos simiente.

Quizás las profecías de la Noche
engendraron siameses: Tiempo y Muerte
y el Universo fue parábola arrogante.

Desde entonces me habita el hacedor de poemas,
pincel en lluvia para lamer la tierra
y orbitar algo que no nació.


Vittorio Marcelus Clementi