miércoles, 29 de abril de 2015

Volar un recuerdo

Casi en los escombros del día
avecino a esos párpados,
place el invierno fuera de mí.

Viajo desde la no distancia
aproximo intención
cosas ayer

Esquinarme en unos senos pervertidos
antes que el rostro del equinocio abra
chacras de otro aliento

La marea resinosa de tus goznes
me vacila,
fuiste magia.

Vicius Clem

domingo, 19 de abril de 2015

Tripoema

Harto al cubo

harto de mediocres sin causa
obstruyendo el camino
invoco al fantasma ebrio de Rimbaud
para que orine tantas bocas eruditas

harto de plagiar segmentos de duda
y escalar incógnitas
me arrojé al primer poema
que ahogara estas palabras.

Extravío

cometí años Dédalo
en la insignificancia de una sombra
huidiza

sujeto a una facción del Cosmos
que dosifica secretos.

Sombras

cuando escasea esa piel que me redacta
anuncio algún latido vandálico

compleja relación con fantasmas
esos que viajan de ilusión en ilusión
y acaban nada

o se diluyen en una nube de escombros
orbitando el recuerdo.

Victor Marcelo Clementi


jueves, 16 de abril de 2015

Los Minipensamientos de Chao Cle Men

"Soy un tornillo más en un sistema asfixiante
 con dos ranuras cervicales en forma de cruz"

"Disfruto la soledad, excepto al tener sexo"

"Los ejemplos jamás son certeros
 apenas referencias, un recurso
 para excusarnos de tanta imparcialidad"

"Quién es el dueño del paisaje?
 el asombro está lleno de ignorancia,
 por suerte"

"Ninguna mujer hermosa necesita escribir
 es un poema en sí mismo"

"Cada amigo que muere es un pedazo
 de uno que roba el viento"

VMC

jueves, 9 de abril de 2015

Homenaje a los Labios

1
uva de voces
lluvia de bellos apenas
en esa piel dormida
siempre desnuda
a mis labios viajeros

2
manojo de lluvia
desde los primeros labios
asesinados por el hambre
de un recuerdo extraviado

3
las inquietas mariposas del orgullo
eyaculan espasmos lujuriosos
para no abdicar ante labios pordioseros.

Vittorio Marcelus

sábado, 4 de abril de 2015

Del Código exotérico

Relata la Mitología de lo Inverso que los dioses, para llegar a la sublime perfección, no debían poseer devotos, porque de esa forma permanecerán cautivos en la superstición.
Un dios en estado puro es un exacto desconocido: camina sin ser observado, susurra y nadie lo percibe; es y no es al mismo tiempo, una probabilidad que jamás conjeturaremos.
Por eso, el supuesto dios que ande llenando templos en nombre de sí mismo, es apócrifo: ningún aspirante a la eternidad se expondría a semejante humillación, como por ejemplo, ser puesta en duda su existencia. Menos aún si el susodicho hostigara a los mortales con infiernos de utilería.
Lo que pertenece al misterio jamás es revelado, ningún mesías puede arrogarse la palabra heredada.
Los dioses aman el silencio.

Victor Clementi