domingo, 29 de mayo de 2016

Un tigre escapó de la constelación

Cuando resta poco para el final, las grandes preguntas y un puñado de recuerdos vuelven a encontrarnos.

Camino al espejo flamígero
recuerdo los patios coloniales
de mi primera fe,
aquella parroquia donde hallé
revistas del Hombre viajando a la Luna.

Desde entonces mis héroes nacían del Espacio
excepto Sandokan y su Malasia rebelde.
Y esa necesidad de volver al barrio viejo,
al tren sin estación que aún no se detuvo.
Algunos creen que lleva magia
y no debe derramarse.

Vivir en fantasía es  no regresar de la inocencia
tan rigurosa y bella que no deja de dolerme.

Vittorius

lunes, 23 de mayo de 2016

Legusex

erotismo agravado por el vínculo ocasional
sexo en grado de tentativa
asociación ilícita entre mis labios y tu piel

condenado a deseo perpetuo.

Vittorius 


domingo, 22 de mayo de 2016

Detrás del Misterio

morrongueo en la pereza
corcovea mi neurosis
trepo al cerebro de las cosas
hasta hallar el enemigo incierto

hago un trato con el recuerdo
un rito con el deseo
un río con el desierto
para ser un collage en la llovizna

yirando poemas
en el perímetro de mi devaneo
acaricio los colores del misterio
hasta desgajarlo en vísperas

siempre detrás de lo oculto
llego tarde a mi cuerpo
y acaece milagro sin ojos para advertirlo.

Vittorio Marcelus
 

sábado, 21 de mayo de 2016

El que siente, disiente

Un Quijote con espada lasser
despedaza Aliens y Terminators
monstruos de tela sonriente
en esa oligarquía de oscuridad absoluta

preñada de otoñez la inocencia
cuestiona las variables evolutivas
tanta violencia táctica para discernir
progenies efímeras en la tiranía de la creación

astronautas en el ombligo del Espacio
arrogándonos un alma para trasmutar
aunque sólo mendigos de piel y sentidos.

Vittorio Marcelus


domingo, 15 de mayo de 2016

¿Zentiende? (Humor)

zen cuentran, beben prana
zen borrachan de vacío
zen sibles, zen cillos
zen caman consigo
zen trados en el aura
zen piezan a fundir
zen cierran en ellos

¿ser o no zen?

Vittorius
 

Cielo Nominal

Absurdo de colores in vitro
a un destello de fundirme
en el plasma helicoidal,
reverbero en la sonda iconoclasta
a una órbita de colapsar mi satélite interior
y rodar entre las heces vivientes

ruedo por vértebras inéditas
a secuencias aleatorias
digitadas por un dios tecnócrata

perdido en veredas sin numerar
hallo mi alma en un baldío.

Vittorio Marcelus
 

martes, 10 de mayo de 2016

Piratas del Futuro (Humor)

Inducido, quizás, por las superproducciones cinematográficas de Holliwood, advierto que los Piratas fueron futuristas. Y no sólo lo afirmo desde esa perspectiva ficcionada, sino que sostengo lo afirmado a partir de conclusiones arqueológicas. A saber:
Los piratas usaban tatuajes, si bien es cierto que no fueron los primeros, en cambio hicieron de ellos todo un lenguaje corporal.
Los piratas se maquillaban al estilo Heavy Metal, con piercing en los labios y orejas, ojos delineados, mechas largas y atuendos estrafalarios.
Los piratas fueron pioneros en realizar implantes en las extremidades, como garfios y patas de palo.
Algunos piratas saqueaban a otros barcos y escondían el tesoro en islas lejanas, la versión actual de los paraísos fiscales.
En fin, los piratas fueron innovadores, precursores de estilo, sólo les faltó hacer surf y escuchar reagee saboreando un buen cannabis.

Dr. Arístides Orillas
 

lunes, 9 de mayo de 2016

Punto de Ecuanimidad (Minipensamientos)

Nos acostumbraron a una aceptación devaluatoria hacia con uno mismo, una resignación que conspira y que con certeza alimenta el menos-yo. Frases que mamamos desde pequeños, tales como: no te da el pinné, es lo que hay, eso no es para vos, peor es nada, tal vez en otra vida, tenés que trabajar por lo que sea...
sólo construyeron inestabilidad: nos alienaron y en muchos casos socavaron el potencial inaugurando dudas innecesarias. Los cucos traspasaron el umbral y se instalaron en nosotros como un virus fatalista.
Tal vez por devenir de padres criados en la cultura de que todo cuesta sangre, sudor y lágrimas, un falso paradigma que pretendieron inocularnos y que tanto nos ha costado resolver. Ellos fueron el producto de su epoca: hijos del hambre migratoria y la guerra sucedida en las europas, que a su vez multiplicaron la progenie, quizá para cumplir ese mandato biológico de perpetuar el linaje. Esos hijos entre ocho hermanos sufieron la ausencia de afecto paternal, y peor aún, contrajeron resentimiento cuando por el solo hecho de ser el mayor de los críos, lo sacaban de la escuela para cuidar a los menores. O cuando ese otro niño colgaba los libros para chirolear en la calle.
Ellos, nuestro viejos, crecieron así y nos esducaron con la convicción que debemos reivindicar el apellido. Y fue justamente esa revancha contra la pobreza la que los indujo a ofrecernos un amor contaminado. El sacrificio fue casi el único lenguaje de toda una generación, aunque también esa constante los inmunizó de alguna manera: fueron poco adictos a la depresión, no había tiempo para deprimirse. Y es posible que les haya crecido resentimiento, esa energía negativa debía canalizarse por alguna pendiente.
Es cierto que el sudor debe exceder a la inspiración, es cierto que no existe construcción sin trabajo, pero ¿dónde ubicamos esa gota divina que apenas humedece los sentidos y lubrica el erotismo creador?,  ese que rebala de las fauces de un dios ebrio, cuya magia trastabilla. La mano inocente que libera al genio encerrado en el Tiempo, intuye fe en el camino, aún bajo ilusiones aleatorias.
Las ideas son entes sin materializar, la praxis permite que nazcan. El espíritu unge los sentidos, enciende la intuición, luego la carne corrobora tal destino.
En todo caso el sacrificio es el obrero que eleva catedrales de lujuria, pero nunca es por sí-mismo, esa ecuación inmamente que gira sobre su propio eje y paraliza; o sea, el esfuerzo sin ideas que lo conduzcan es un tropel de voluntades inexpertas. El voluntarismo huérfano es algo así como la torpeza del espíritu. Es necesario cualificar el propósito, desinfectarlo de vanidad.
Desde tiempos inmemoriales y bajo distintas civilizaciones, el hombre sacrificaba al hombre en un rito hacia los dioses para obtener una buena cocecha, una lluvia milagrosa. Esta conexión en épocas de crisis, era un intercambio usual: ofrendar para recibir. De alguna manera la humanidad asociaba al sacrificio con la creación y la abundancia. Y esta noción tribal, este diezmo compensatorio nos sigue acompañando.
Puede discutirse la efectividad de la catarsis para suavizar una patología, pero no advierto coincidencias con lo que denominamos Arte, es otra vertiente, algo así como una sospecha perpetua: belleza, exactitud y verdad, las herramientas de las más excelsa creación.
Por eso que se nos hace tan rebelde el razonamiento a la hora de definir.
Mientras tanto seguiré garabateando estos intentos, puede que alguno se aproxime a la certreza.

Vittorio Marcelus
 

jueves, 5 de mayo de 2016

El cieguito de Areco



El Conrado se ayudaba con gestos mansos y medidos.
—Supo haber, en los pagos de Areco, un cieguito que se acercaba a los pingos y los acariciaba al costado. Los acariciaba y acariciaba, y después como en una visión mística alzaba su cara al cielo que no podía ver y sentenciaba grave
tordillo,
o alazán,
o zaino colorao,
bayo,
overo rosao... 

El Conrado dejó que esa pausa cubriera como telaraña de misterio el fogón donde se amontonaban un puñado de paisanos respetuosos con su historia. El Laureano Gauna cometiendo casi un sacrilegio, arrimó tímidamente una duda, con algo de culpa por romper el momento.
—Una priegunta amigazo ¿y, acertaba siempre?
El Conrado, dio el último sorbo al amargo y salió de su ensimismamiento y con otro tono respondió.
—Noooo, en su puta vida...

...embellecimiento literario sobre 
un chiste que contó Carlos Morteo

Sergi Puyol i Rigoll

Extravío

Vine de estrellas tardías
tatuaje que escupe el viento

vine de la sombra abisal
a simular espectros

vine de la luz primitiva
a encender el candelabro de la mente

tantas veces llegué sin encontrarme.

Vittorio Marcelus
 

martes, 3 de mayo de 2016

Turbulencia mundana

Esta desmesura de sentirme paria en el Universo
me permite volar sin obsequiar rencores
sin contracturar el Tiempo que me rige,
igual a un náufrago insaciable

aquí, en la pradera de mis días
nado en placentas ilusorias
hasta advertirme vestigio,
jamás quise encallar en la miel de la venganza

previo amar a otra Utopía
hay faros que llevan a la muerte
hay sirenas eróticas que musitan
sólo para devorarme.

Vittorio Marcelus




lunes, 2 de mayo de 2016

Recordar es otra manera de vivir

Fuí felíz sin darme cuenta
sólo sensaciones
me perdía en melodías sencillas
jugaba con las serpientes del paraíso

de niño los sueños eran plastilina
el potrero un Cosmos virtual
abreviábamos lenguaje
parecíamos manada

de niño escondía la noche en el ropero
y un ratón imaginario me mordía el dedo gordo,
por suerte las sábanas escondían del cuco

y el sol, muy despacito, salía a despertarme
¿quién de todos mis poemas emborrachó la inocencia?

Vittorio Marcelus