lunes, 19 de diciembre de 2011

Mails de un renegado

La carta de lectores que Ñ no pudo (o no quiso) publicar

Nunca lo sabremos, tal vez... Sea porque mencioné (con sorna) a Tinelli, la gran estrella del canal de Clarín, o no critiqué lo suficiente al Gobierno, la buena gente de la revista Ñ ignoró una carta que envié comentando por qué nuestros púberes no leen los subtítulos de las películas. A lo mejor, simplemente llegó tarde. Por las dudas, y para que no se pierda, ahí va.

Totalmente de acuerdo con el cronista Jaime Porta Fouz (artículo “Los adolescentes las prefieren dobladas”, se sobreentiende las películas en lengua extrajera…): hay que resistir —otra vez—al avance del doblaje, sea el hispano-neutro, criollo, lunfardo o ibérico. No hago sino remitirme al gran Alsina Thevenet, quien, tempranamente (1945 apenas) se pronunciaba a favor de la unidad de estilo de cualquier obra de arte, lo cual incluye amén de la imagen, su voz original. “(Con) la supresión de los caracteres típicos (perderemos el tono de los campesinos del Oeste norteamericano, el slang de los compadritos de Brooklyn, la entonación de los lores ingleses) nos conformaremos con personajes generales, sin la menor intrusión de color ni de localismo” (Obras incompletas, I: 265). Claro que, advertía el ínclito crítico uruguayo, juntar firmas, hacer marchas o escribir solicitadas y manifiestos puede ser “noble, ingenuo e inútil” si los Grandes Estudios ya han decidido por nosotros (pág. 307).
Sin embargo, al texto de Porta Fouz le falta un ingrediente fundamental: no dice por qué nuestros adolescentes prefieren escuchar un film doblado en vez de leer subtítulos en el idioma original. La respuesta es cuanto menos inquietante, si no alarmante: porque no saben leer. O, siendo más benignos, no pueden leer con suficiente rapidez los fluidos letreros blancos o amarillos a pie de pantalla. En el DVD hogareño podrían detener cada segundo la acción, pero en las salas, se los llevan puestos.
Mi esposa es profesora de Prácticas del Lenguaje en una secundaria marplatense, estatal y de clase media, y los chicos de entre 13 y 16 —los que consigna la nota de Ñ— rehúsan leer cuando se los propone, y en caso de acceder, se revela la verdad: tropiezan, tartamudean, se trabucan, no entienden lo que leen por ausencia de vocabulario y sufren hasta lo indecible, para solaz de la burla de sus compañeritos, que tampoco saben leer pero no fueron elegidos para la, digámoslo, elemental tarea.
Lo usual es culpar a los docentes y a la institución educativa, sin advertir que la enseñanza de la lectura es responsabilidad de todos, incluyendo padres y, también a los adolescentes mismos. Pareciera que la lectura tiene un prestigio prestado, de generaciones anteriores, y que estos muchachitos y muchachitas que sólo juegan play, escuchan a los Huachiturros, miran en la tele a Tinelli y chatean por Facebook hasta las cuatro de la madrugada en sus habitaciones —¿qué escribirán y cómo?—se jactan de ser analfabetos funcionales, que lo son a pesar de haber aprendido, se supone, la lectioescritura en los primeros años del colegio primario. ¿Por qué pasaron de grado? Quizás por otras destrezas y habilidades que no se tasan leyendo. La escuela no puede hacerlo todo sola. Los chicos debieran ser inducidos a leer, y ellos leer por sí mismos, más y mejor, voluntariamente. Porque ante la crisis del concepto de autoridad, si se les instruye e imparte, seguirán sin hacerlo. Y encima les regalan el facilismo de películas dobladas.

Gabriel Cabrejas
gabcab2003@yahoo.com.ar
Mar del Plata

viernes, 16 de diciembre de 2011

Afección

me afecto por complicidad aunque
transforme en sociópata reprimido
adicto a la pulsión desde el primer elemento

si bastase una tecla para borrar el recuerdo
si un antivirus limpiase el alma
si fueran fotocopias mis escasos aciertos
o lograse fantasías con sólo un ENTER
PRISE
moriría ya por encarnar cuanto antes
en una Nave que me pierda para siempre

la verdad es la última frontera.

Vicius Clem

Frasesuchas a lo largo de mí

*enseñan que uno mismo debe amarse
¿hasta dónde?
¿cuál es la frontera con la vanidad?

*dicen que uno rechaza en el otro lo que uno es,
entonces nadie padece lo que ignora

dudaré en repudiar al asesino.

*abuso del destino porque el destino me abusa,
este maltrato dialéctico sólo a mí corroe.

*encielo y desencielo los códices del verbo
con la discreción de un sádico.

*sólo dejaré un puñado de poemas
algún concepto inestable
y 3 veces perdón a los que amo
porque no supe respetarme.

*aún lo increado fue premeditado.

*el resentimiento es un veneno,
la venganza una adicción

sólo la utopía encastra con la tolerancia.

*la comprensión es inversamente proporcional
a las palabras que necesito para explicar.

*las cosas mueren si no las necesito
apañar ciertos recuerdos
extorsiona

acaso la verdad sea un status innecesario,
entonces la suspicacia de la duda.

Victor Clementi

jueves, 15 de diciembre de 2011

Violencia de Género (ocurrencia)

Dos telas charlan en una mesa de saldos y retazos:

-¿Qué te pasó que estás tan arrugada?
-Mi marido...anoche me apretó por todos lados. ¿Y vos, por qué estás manchada?
-Mi novio me tiñó cuando lo hacíamos. esos corderoy azules son muy berretas.
-¿Viste cómo nos tratan?
-Se creen que porque son ásperos y gruesos tienen derecho.
-¿Viste a la bambula esa dándosela de sexi?
-Y...aunque a la mona la vistan de seda...
-No sabés el rollo que tiene gabardina...qué caño...Alcancé a tocarlo, qué cartón tan duro...
-Seguro que te mojaste boluda.
-Sí, me apareció una mancha horrible, por eso me pusieron de oferta. ¿Y a vos?
-Me dejaron en le vidriera a pleno sol. ¿Viste cómo es?, quedé decolorida.
-Nos tienen amontonadas, viene cualquiera y nos toquetea.
-¿Y la tijera? ¡Qué turra..!
-Me dijeron que es lesbiana.
-Puede ser, ojuda y filosa como es, ¿quién le va a dar bola?
-Bueno, vos no sos precisamente un guipur.
-¿Y vos? mejor callate, mirate las arrugas...
-Soy arpiyera boluda, ¿que querés? Si me planchan pierdo el look...

En eso viene el gerente ordenándole a un vendedor:

-Sacame a estas porquerías de exhibición...Llevalas al depósito, no, mejor tiralas.

Victor Clementi

domingo, 11 de diciembre de 2011

Dos perspectivas acerca de la Noche, las Calles y el Poema

1

lo mejor de la Noche es no dormirla
mutar en predador para masticarla

las calles son venas prohibidas
que traslucen estrías cavernarias

quiero eyacular un poema
con sangre de víctimas
colgarlo en los muros del espacio
para decidirme fronteras
con barajas insolentes

¿cuántos dilemas serán esquina?

2

Noche con lucidez espectral
esquina de papel roto
hacia el fuego de un poema

callecita casi sueño
casi deseo instantáneo
caricia del más allá

Noche que adormila acertijos
y moja los sueños

fluido errático exhalo
del primer pensamiento

gotas de magia interior
en la poética del caos.


Victor Marcelo Clementi

jueves, 8 de diciembre de 2011

Profecía Autoinmune

no quisiera morir de todo esto
la mitad es convención la otra mitad es mentira

Dylan Thomas


siempre intuí un atajo
tanto camino para aprender del dolor
asume cierto maleficio,
herencia o premonición, poco importa
demasiada profecía para sofisticar la paranoia

una pócima de excusas
más o menos confiables
condimentan el sortilegio,
entonces prisionero de una estructura hereje
-me refiero a esa herejía hacia uno-
acudo a embelesar los ornamentos
que me sostienen paria
en una ciudad cadáver

pitonisas y chamanes del new age
embriagan con néctar apocalíptico
en un sótano de Wall Street
mientras la Bolsa nace hijos deformes
en una aldea de Malasia
y los Indignados ocupan la misma herencia
que los pueblos colonizados

nunca fui elenco de esta película
nunca fui engranaje del sistema
ni pertenezco a tribu alguna,
simplemente escurro
testigo a la deriva.

Victor Marcelo Clementi

jueves, 1 de diciembre de 2011

Gallito Fuego

todos siguen escondidos desde infancia,
el mundo es ciego desde que cubrieron mis ojos

la nostalgia es la puta más atractiva que conozco.

Vicius Clem

Elogio al Desposeído

cornisas de pan a un costado del hambre
hambre que acusa al paisaje con cartuchos ciegos
hambre son palabras a ningún pudor
hambre para deletrear monedas

espontáneas veces durante calles
un ciruja sin luna
con el dolor abreviado de tanto llagar
roba la basura de los perros

y recuerda la única canción que le enseñara su madre
cuando el mundo parecía una promesa
entre colores que besaban los ojos con adivinanzas

mientras llueve la misma pregunta
en cada exilio: ¿qué sucedió?
el ciruja aguarda que la noche caiga para siempre

tal vez sea yo mismo en alguna vida.


Victor Marcelo Clementi