Ya no quiero aquella mística lograda
sólo para no llorar ante el espejo,
ya no quiero esquivar los asteroides
que pronto me desintegrarán,
estoy perdiendo cosas que alguna vez valoré.
Me harté de ocultar estas ojeras criminales
que delatan noches de permanecer convicto
en la vagina de una ciudad que perdió el misterio.
Mis poemas serían la bitácora
que narra este eclipse mental,
subo al jopo de un meteoro
y extravío en cielos eróticos:
último beso del astrolabio
a las estrellas desnudistas
fango en el prepucio de un cometa
que inocula corpúsculos dormidos
para migrar al inicio.
Vittorio Marcelus
sábado, 5 de diciembre de 2015
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