Hace mucho me preguntaron por qué escribía, y en el apresuramiento adolescente contesté que lo hacía para devolverle a la sociedad mi repugnancia hacia ella, nunca estuve de acuerdo, con los valores sociales.Quizás pretendía emular a Rimbaud y orinar a los burgueses.
Muchas decepciones después, la perspectiva es otra; aprendí a valorar el sol de cada mañana. Entonces hoy, sólo debo agradecer el simple hecho de sentir vida, y mi deuda sería ofrecer lo mejor que se hacer: escribir, para darle al mundo una gotita de belleza. Y si no lo lograse, al menos lo intenté.
Sé que ante la luz final, deberé contestar dos preguntas:
¿qué aprendí? y ¿qué hice por los demás?
Muchas decepciones después, la perspectiva es otra; aprendí a valorar el sol de cada mañana. Entonces hoy, sólo debo agradecer el simple hecho de sentir vida, y mi deuda sería ofrecer lo mejor que se hacer: escribir, para darle al mundo una gotita de belleza. Y si no lo lograse, al menos lo intenté.
Sé que ante la luz final, deberé contestar dos preguntas:
¿qué aprendí? y ¿qué hice por los demás?
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