homenaje a Artaud
El Absurdo en la frontera con la Locura es la respuesta exacta a una cultura desquiciada por significados obsoletos e hipócritas, y que al caducar, expulsa toxinas autoinmunes.
Cualquier sistema cerrado acaba intoxicándose. Y la Cultura devora a sí misma, reciclando una y otra vez el veneno que regurjita y vomita.
Cualquier sistema orgánico -y la Cultura lo es- destila por la piel y el aliento los restos nauseabundos de su combustión. Por eso tal exhalo es repugnante, porque los modelos con los que se alimenta e identifica expresan decadencia.
Y la decadencia es siempre una conclusión que implora ser vencida: necesariamente debe morir.
Así es la Naturaleza.
Hubo una vez un Dios borracho, pero no alcanza con ser vómito sagrado.
La Tierra que se pudre en nosotros, cada víscera tallada por eones laboriosos debe fermentar.
La descomposición es una categoría del Universo.
Entonces el interrogante ¿ qué hacer con el cadáver que aún habla? Y mientras agoniza supura más toxinas, más pus. Y las cicatrices vuelven a abrir.
Sangre mezclada con pus y vómito. Sangre que escupe nueva sangre enferma.
Pero existe un antídoto: La Poesía; la verdadera poesía que nace de los escombros infectos, pero no se nutre de ellos.
Esta vez la palabra dejará de encarnar y procesarse.
Esta vez la palabra será desmolecularizada, polvo del polvo.
Esta vez las palabras nacerán con sexo; o sea, podrán copular entre sí y procrear poemas innombrables.
Palabras que jamás se hallaron podrán desnudarse en orgías, para luego regresar a la Nada.
Serán palabras invisibles.
Entonces la poesía nacerá sin ojos, sin manos, sin piel. Y morirá exactamente tres segundos después que ingrese a nuestro metabolismo abstracto y desintegre en visiones que nunca volverán.
Una amante perfecta. La Poesía de nuevo será un secreto.
Victor Marcelo Clementi
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