a mis hijos
Vengo a contradecir absolutamente ese modelo de padre todopoderoso -similar al dios único-
abastecedor y supremo.
Me identifico más con la imagen del sabio vagabundo que renuncia al éxtasis del consumo a cambio de una moraleja en la que pueda interpretarse.
Bailo para mi dios, cometo chistes para agradar al Gran Espíritu.
Las buenas intenciones alimentan lo Abstracto.
Soy uno de los tantos hijos de la calle que simula identidad fuera de los sueños.
Victor Marcelo Clementi
viernes, 8 de abril de 2011
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