Quisiera todo el perfume
de esta nostalgia concubina
y un patio desmesurado
para que no nos falten hijos.
Espero
Espero continuarme
cuerpo y guitarra
golpeado por el iodo
sin cortinas ante el iris
ni cerraduras en las manos.
Espero ubicar a los primeros
amantes haciéndose de trigo
descubriendo las nueces
en un árbol mojado.
Espero que la lluvia
no se arrepienta ahora
después de tanta luz
ajando los canteros.
Y un brebaje apurado
casi sobre la menta
despierte manantiales
en mi aroma naciente.
1988
Ella
Ella me saluda con su vientre
abierto de palomas
bajo el tiempo dormido.
Brevemente dispuesta
a consolarme con sus manos
trepando la lluvia.
Ella me dialoga
más allá de idiomas
el instante único.
Con sogas deshilachadas en el vientre
y manos que desatan la espuma,
ella hace esculturas con su aliento.
1989
Victor Clementi
viernes, 17 de junio de 2011
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