casi adivino la edad de la lluvia
en las fronteras de tu cuello,
casi fuiste el último aullido a la soledad
así evitar que las orillas nazcan doncellas,
casi viajé por el atajo de tus ojos,
casi el destino me roba los secretos
pero no supiste magia
ni del rubor que acaece desnudo
y a todo unge.
Victor Clementi
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