Aquel primero
quien se escuchó a sí mismo
mas no pudo descifrarse.
Entonces regresó a latencia
luego de encogerse por una eternidad.
(del Código Exotérico)
¿Y si fueran las palabras quienes eligen dueño?
O mejor aún: las que se alquilan o raptan
las hay quienes se prostituyen en labios promiscuos.
Hay otras, sin embargo, que elevan el rango
al ser pronunciadas bajo estirpe dialéctica
o en un contexto prudente.
Otras deambulan de uno en otro
y eluden al necio,
otras se esconden en paisajes de erudicción
se extinguen o evolucionan,
otras se travestizan en lunfardo
o simplemente regresan al primer signo gutural.
Vittorio Marcelus
viernes, 31 de julio de 2015
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