fueron tus besos anfibios
los que despertaron la luna
y con ella mis aullidos
siquiera advertí la ruta de tu aliento
por vagar en la pereza
de otro beso asfixiante
entraste en mi piel para eclipsarla
además de ultrajar el sueño hasta devorarlo
nunca logré extirparte
fueron los reos del alma
quienes te espiaron desnuda.
Vittorio Marcelus
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