viernes, 21 de septiembre de 2007

La Bestia Sagrada (Humor)

Todos hemos visto en series o películas yankies en más de una ocasión, a un cuarentón frustrado en off que rememora aquella pelotita de beisbol que chingó con el bate en la final interestatal, en un estadio repleto, bajo un silencio criminal. Un pifie y adiós, fuiste. Sólo te queda el consuelo de imaginar otro desenlace menos doloroso, con terapia ad eternun...
Arruinaste la vida, las chichis te crucificaron: PERDEDOR. De ahora en más te cerrarán el orto con un pompón hermético. Sos el pajero de la manada. Nunca accederás a los mejores frutos.
Y en este rincón....MARTÏN PALERMO, la Bestia Amarilla. Ünico capaz de errar tres penales consecutivos con la camiseta de la selección, y aún así, a punto de convertirse en el máximo goleador de Boca en toda su historia.
Es cierto, le pega al pasto, se autolesiona con el otro tamango, siempre fuerte y al medio, pero cabecea como nadie. Eso es magia, la bestia sutil e ingrávida.
Lo que puede la capocha. Pero la moraleja es que nuestro gen nativo es bravucón, pela el facón y que vengan nomás; a diferencia de esos gringos que se derrotan fácil, al menor chubasco escuenden...
Arístides Orillas
Licenciólogo

1 comentario:

rantes dijo...

Ah es notable también la mala suerte de Bielsa. Pone a un goleador en la ejecución de los penales y le erra dos y le atajan uno. Record mundial.
También está el record del d10s Maradona de cinco o seis penales errados consecutivamente (época esa que decían que el pis del Diego en el antidóping era de otro cuando no hacían mear a otro cualquiera).
Las otras de Bielsa son de dramática mala suerte, orinado por los paquidermos, nos empatan una final de América cuando faltaban 15 segundos nada más. Y luego nos ganan por penales. Cuando el equipo B de Argentina era el mejor del torneo
Y ni hablar, ni recordar el empate con Suecia en el mundial 2002, que nos hacen un gol con el único tiro que fue al arco argentino. Y a la hora de juego.
Por no hablar del lole Reutemann su carrera del '74 en baires y el campeonato '81