Me agota tu premura tu previsibilidad
tu prisma histérico,
pero me encariñé con el gato.
Me enferman esas rimas calamarianas
las profecías de tu vagina
la probabilidad que seas un ángel,
aunque excito al leerte desnuda.
Me violenta que estafes plebeyos
con ese pudor virginal
cuando fuiste violada en el baldío
de tu propia vanidad.
Me jode que la mitad del sueldo
aturda al psicoanalista,
¿para qué? sigo orbitando una piel
que ya negué mil veces
y no imagino ausentar.
Quemaré las naves para no despegar.
Vicius Clem
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1 comentario:
Siempre sorprendiendo con autenticidad poética. Abrazo desde Spalato...
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