lunes, 30 de abril de 2012

San Martín perdió su silla

dedicada a los indigentes de siempre

Barrio bajo con letras castradas
el lunfardo de los héroes
que anochece entre cartones
luego de peregrinar residuos
no coincide con la asepsia
de la Dama exultante de halagos

los eunucos bailan en orgías
aplauden los villeros de Puerto Madero
bajan del Mercedes Indigente
con la camisa abierta, tan descamisados
intentan emular al vulgo
que sólo toleran con antialérgicos

aclaman a la Dama del País Imaginario
lamen su mano como perros obesos

calvarios y osarios que no alcanzan
para disimular las mismas muertes de antes
sin pañuelos blancos con cuenta bancaria

barrios con el hambre anegada en las costillas
para muchos no hay pancarta
ni pan ni carta que reclame sus nombres.

Victor Marcelo Clementi

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