habito una esquina clandestina
frontera de nadie
quizás debería un poema a mi guarida perezosa
el escritorio veteado con tricomas
un poster de Chichoni otro de los Stone
papeles acribillados por la marioneta que fui
libros reciclando polvo y telaraña
mi guarida graffiteada con voces salvajes
justo cuando el sueño promete redención
mis guaridas siempre marginales
hálito de barrios cosidos por cirujas
tranzas en la guarida de la sombra
y quebrados por la pasta
de allí que mis poemas sangren averías.
Vittorio Marcelus
viernes, 22 de mayo de 2015
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