Ruedo al cuenco de tus ojos
al aullido de esa piel abierta
reclamándome escalar al fuego
de tus pezones babeando miel
y sé que inmolarme en vos
es la cuerda que vibra el destino
ahora
lo huelo como un lobo
dijiste amor en el intento
está escrito en nuestros ojos
pero una extraña brisa llevó tus palabras
al basural de los deseos
te veo y se erizan los bellos de mi espalda
entonces animal sé que es verdadero
a pesar de tus desprecios.
Vicius Clem
martes, 6 de septiembre de 2016
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