viernes, 2 de diciembre de 2016

Lugareño del Cosmos

Fugué de las tribus del Edén
para iniciarme lugareño del Cosmos.
Acaso encerraron en las urnas de mi cuerpo
un secreto ávido por desperezarse.

El celibato de las cosas que pensé
presumía voces inexactas
sólo por conspirar aromas
e incitar capullos simiente.

Quizás las profecías de la Noche
engendraron siameses: Tiempo y Muerte
y el Universo fue parábola arrogante.

Desde entonces me habita el hacedor de poemas,
pincel en lluvia para lamer la tierra
y orbitar algo que no nació.


Vittorio Marcelus Clementi