sábado, 11 de noviembre de 2017

El Síndrome del Elegido (reflexión)

Cada vez que una Invasión extraterrestre se apodera del planeta al borde del cuasi exterminio, aparecen un grupete de soldados V.I.P. y neards degradados , capaces de detener e invertir el resultado a favor de los coterráneos, en adelante fans a ultranza de los superpoderes exhibidos por los alfa. Es lo que Hollywood propone.
Esta resolución clásica-mesiánica recicla el dueto David-Goliath ; aunque no contempla que cuando el más débil siempre gana (una constante) entonces el perdedor (antes el fuerte)  pasa a convertirse en el débil. Es el mismo principio dialéctico que "los últimos serán los primeros" donde con solo mover las piezas es suficiente para que el engranaje gire. No hay último ni primero cuando existe rotación.
Párrafo a destacar merece El Héroe, que generalmente vive en las afueras, o es un alcohólico, o un marginal, o un vengador cuentapropista en sus distintas versiones. Abundan los Rambos, los Schwarzeneger, los Steven Seagal, los Chuck Norris, los Vandame (no las Bandanas), talentos creados y clonados en la Escuela Anabólica de Teatro. Siempre bajo el slogan "sólo tu puedes salvar al planeta". Además de copias de una fotocopiadora en desuso, casi sin tinta, que emula a Batman, a Superman, al Hombre Araña, al Avispón Verde , sólo que estos resguardaban el anonimato. Sentían pudor ante la ridiculez.
La manía-mesiánica, extremadamente bíblica, profesa como nadie al Dios único, todopoderoso, que castiga o destina paraísos; instiga la inmolación por la fe, otros interpretan; o  justifican el saqueo por un decreto divino que los escogió como pueblo. Todos argumentos que autorizan a los fundamentalistas a elegir el polo opuesto con quien combatir. Los enemigos no existen, son una clasificación mediática, un implante, un soporte para beneficiar los intereses sectarios.
Nos han encerrado en la superstición que el Hombre es un animal gregario. Nada más lejano a tal utopía confronta el criterio de territorialidad, en tanto negación del principio. Es por aquel mandato evolutivo que selecciona al más apto (o fuerte) para asegurar una descendencia competitiva. Entonces quien es el fuerte, David o Goliath?
La lucha por prevalecer siempre es a muerte. En estos casos la piedad puede traicionar y no hay resquicio para la duda. El oponente muere, su energía es metabolizada  por el vencedor. Es la magia antigua, efecto residual que fue sofisticándose con los siglos. Las Civilizaciones que conquistaron han sido cada vez mas humanitarias (no menos sangrientas) con los oprimidos. Sometían a las colonias a un tipo de esclavitud "más racional" o menos cruel. Además ¿quien trabajaría las tierras sin esclavos? ¿para qué degollar la mano de obra?

Victor Clementi



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