Transcribiré aquí, a modo de advertencia a los incautos
que han adquirido este libro, la conferencia que el Profesor Aldo Orso dio en
el Centro Cultural La Rada (Jujuy 1673 MDP) en marzo del 2004. El profesor
tituló la charla como Crítica no autorizada sobre la voz poética de René
Villar (o algo parecido). Y dijo lo siguiente:
Se podría decir que es un poeta cuya voz
alerta sobre lo cotidiano de la singularidad de la existencia humana pero sería
estar inventando mucho.
“Poeta maldito” contemporáneo, aunque algunos
dicen lo contrario, que es un “maldito poeta”.
Es un poeta sub-realista. Desestructuralista.
Desestabilizador. Descontracturante. Analgésico.
Su poesía hiere, pero no afecta la capa de
ozono.
En otras épocas podría haber sido un chamán,
un brujo o a lo sumo Sumo Sacerdote.
El mexicano Héctor Hermosillo lo expresó muy
bien en su libro “Diego Rivera y su Frida sufrida” Editorial Popocatépetl
edición de bolsillotl: “El arte es 90% de transpiración y un 10% de elaborado
plagio”. René Villar es un orfebre de la palabra hurtada, de la metáfora
sustraída.
Luego ante las risas del escaso público presente su
disertación adquiere un tono didáctico:
Veo que la pronunciación de las palabras
náhuatl1
provoca risas. Pero esa hilaridad es hija de la ignorancia. El idioma náhuatl
tiene esa terminación, ese sufijo “TL” presente en muchas palabras
(sustantivos): la serpiente emplumada quetzalcoátl, el pájaro quetzal y coátl
la serpiente. Popoca: humo y tépetl: cerro, o sea es un volcán. O aquella
recordada salamandra del cuento de Cortázar el axolotl, otros términos como el
chocolatl, el tomatl, el coyotl, el merthiolatl, etc.
Hay otras palabras también difíciles como el
dios Huitzilopóchtli (significa Colibrí azul a la izquierda), el dios de la
lluvia Tláloc (significa Caballeros al fondo a la derecha), Tlaxcála (Lugar de
pan de maíz), Tenochtítlan (significa El tunal divino donde está Mexítli, y a
su vez Mexítli significa El ombligo de la luna).
Algunos estudiosos suponen que el motivo de
las crueles y sanguinarias costumbres aztecas se debían a resentimientos,
broncas y odios causados por el aprendizaje de tan complicado idioma en la
niñez. Los aborígenes cortaban el interior de los cactus y usaban esa sustancia
húmeda para impregnar su lengua que sufría terribles calambres al pronunciar
estas palabrejas.
Seguimos con Aldo Orso:
En cuanto a la acusación de plagio sobre René
Villar aquí tenemos un poema de ejemplo; el poema que leeremos a continuación
René Villar lo incluiría en un volumen dedicado a aquel monje hereje, quemado
en la hoguera que proclamaba la pluralidad de los mundos. De publicarse el
libro su título tentativo sería “No me peguen, soy Giordano
Bruno”. Leo
el poema:
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
de angelicales ceras y labores
no hay dolor más grande que el
dolor de ser vivo
como los enamorados labradores
A las cinco de la tarde
A las cinco en punto de la
tarde
en un vaso olvidado se desmaya
una flor
Dice
el pensador y filósofo local Vicente Ciano2 “Lo vreve si vueno da
vronca”. El ejemplo es demostrativo.
Entonces
aquí el profesor se vuelve confidente:
“Cierta vez estando en la Biblioteca Juventud
Moderna escuché a René leer un poema muy hermoso. Cuando terminó le pregunté si
era suyo. Quedó pensativo un momento y luego respondió: –Mmm. Todavía no.” 3
Sigue
Aldo Orso:
Como diría Samuel Johnson4
(de Johnson & Johnson) la poesía de René Villar es buena y es original.
Lamentablemente las partes buenas no son originales y las partes originales no
son buenas.
La profesora Tamara (Tamara o Tamase) Tamara
Amador de Amoroso en su libro “¿Qués la poesía? La poesía sos vos chabón”
Editorial Alfaalfa Tapas rústicas… y feas, dice que todos llevamos la poesía
adentro. Así mi visión es que René Villar exuda poesía, suda poesía. ¡Vomita
poesía!
Su poesía no discrimina: se encuentra igual
en los cenáculos más prestigiosos o entre los toscos albañiles o los paseadores
de perros, en ambos ámbitos es desubicada.
Su voz descubre lo intransferible, su obra
roza lo inasible (por eso sólo lo roza), se sumerge en las vastedades del
inconsciente, de lo lúdico, de lo lúcido y de lo lucido.
Se internó en la poesía concreta. Creó un
recordado poema que intenta desprenderse del tiempo y del espacio. Mejor dicho
lo recordado es sólo el título del poema;
“El agujero negro”. René en su máquina de escribir tecleó la 1º letra de
su poema luego retrocedió al mismo lugar y tecleó la 2º letra de la 1º palabra
del 1º verso de su poema en el mismo lugar de la anterior. Otra vez retroceso y
la 3º letra de la 1º palabra del 1º verso del poema. Así, cada letra de cada
palabra de cada verso del poema. El resultado, el poema ocupando el mismo punto
del espacio. Era un borrón negro en la hoja en el mejor de los casos, en otros
un agujero. Pero esto no era todo, hete aquí que René pretendía que debía ser
leído en simultáneo, cada palabra, cada sílaba debían ser pronunciadas en el
mismo instante, y el poema no transcurriría en el tiempo. Se necesitaría un
coro para que cada boca pronunciara una sílaba. Por eso lo único recordado es
el título del poema.
René es retórica del absurdo, expresión
subjetiva de lo innombrable, lo sentido y lo sinsentido, teología demencial de
la escarcha.
Sören Kierkegaard decía que la originalidad
nace de la angustia. Podemos afirmar que René es un ser muy tranquilo.
Contemporáneo del celular, de la
globalización, de los fundamentalistas, de los trapitos, de los “todo x dos
pesos”. Voz poética urticante como la sal que cae sobre la inmaculada babosa,
punzante como chinche olvidada camino al retrete. En un futuro todos los poetas
argentinos serán como René (así de flacos muertos de hambre). Pero no estaremos
allí para comprobarlo...
1 Se han puesto acentos para mostrar la pronunciación probable náhuatl
(palabras graves mayormente).
2 Periodista
y conductor de Mar del Plata. Para hablar usa la “v” y no la “b”.
3 La anécdota del plagio es un plagio. Del libro “Musija” (1987 -
Puntosur Editores) de Guillermo Almeida, se desconoce si es su autoría o es un
chiste común entre músicos (sobre un compositor musical plagiario).
4 Poeta,
ensayista y crítico inglés. Siglo XVIII
No hay comentarios.:
Publicar un comentario