No los dejes entrar

que vienen y deforman limpias premoniciones
que vienen y cleopatran los anabólicos de Hércules
que invaden y simulan baldíos de inocencia
que insisten profetizar cicatrices astrales
cuidado...
desde que nació el Primer Verbo
no dejan de resonar monotonía
fantasmas de burdel
pirata sin navío que ansían almas.


Vittorio Marcelus