madre rutina que a todo lo parió
permíteme remolonear esta existencia,
la orgía gutural anoche
exceso de humo secuenciado en alcohol
hizo que extirpara mis ángulos celestes
no quisiera endosarle recuerdos
a testigos etéreos,
el universo exhuda caprichos
(algunos en extinción)
alaridos huecos en mis fronteras
aún ventean púrpuras cansinas
reitero mi apetito de zángano
carroñero de áureas,
pero en esa fiesta anoche
manoteaba como la diosa Shiva:
sanguchitos, mujeres, canapés,
algún vinito...
menos trabucos, nada de ojivas
luego el alma indaga mis quehaceres:
tanto eco dispersante
afecta la arquitectura interior;
en fin, varias encarnaciones
no lograron disuadirme.
Vicius Clem
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