viernes, 15 de junio de 2012

Ojos recién llovidos

he sido huésped
de la arrogancia más supersticiosa
cantinero de la locura
asesino por contagio

he bebido la sangre del mesías
añejada en catacumba
hasta orinar promesas rotas,
tanto empalagar con profecías en lata
mi estómago está lleno de iglesias,
ya no apetezco deidad

sólo existe el más acá
la esquina
mi abuela detrás de la puerta
cuando abría el monedero
de los años ladrones
para hacerlos caramelo

otra foto hace caer a la infancia
el patio ya no está
ni la terraza donde jugaba al mundo,
es posible que así muera
atrapado en un recuerdo
con olores espectrales
y un reloj ausente.

Victor Marcelo Clementi


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