salía de las tizas
con recreo en el bolsillo
a pactar travesuras con duendes
que esbozaron un tatuaje
de nostalgia en la mirada
convengo empecinar hasta mis hostias
que de tan monaguillo saboreaba
junto al vino de misa
que el Señor de las Circunstancias
rompa el equinocio y satisfaga
tanta hambre de recuerdos.
Vicius Clem
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