*Hay gente tan ocasional que deja de interesarme.
Supuestos amigos en estado criogénico
esperando el beso novelesco para despertar
casi cosas, casi zoombies
apenas recuerdos...
*La indiferencia es no sólo menos perjudicial
que la tolerancia, sino más efectiva.
La tolerancia implica cierta degradación de uno mismo,
en tanto ser paciente, detiene. Y en un mundo tan veloz
ocasiona riesgo. No sólo en el aspecto evolutivo, también
en la existencia. Además, no puede existir compasión
sin un cierto grado de superioridad o autosuficiencia.
*El ser-social representa al individuo derrotado,
aquel que abdicó a sí mismo para des-integrarse
a una idea irrelevante: un color, una bandera
un mapa, un número, una esquina...
*El barrio es una excusa para no sentirse fuera
y conservar el eje del recuerdo, en tanto ideal sin mácula.
En un mundo tiranizado por la hipercomunicación
donde todo se funde hasta descalificar la identidad,
(el riesgo de la babelización)
es imperativo hallarla, regresar a lo tribal, a la manada.
La territorialidad demarca la existencia,
las pandillas son los gendarmes del yo-logrado,
o sea: pertenecer.
Vicius Clem
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