miércoles, 11 de febrero de 2015

Piedad salvaje

A punto de ser apuñalado por el delirio 
libero mi animal premonitorio
hasta encender la brújula del instinto,
necesito esa piedad vegetal
sólo mímica
un coro de silencios,
en brazos del misterio
los epilépticos sonidos del acaso
escupen fantasmas

estoy lluvia hasta embeleso
será aquí a ninguna parte
fronteras de asfalto
alcantarillas al cielo
hedor de naufragio interior,
caigo a tus ojos
para replicarte
sos parte del adiós
que a todo consterna
entonces
haré una pausa para no extinguirme
y así no abofetear las olas del momento:
para lagrimear absurdos
conmigo es suficiente.

nada me dará más infancia
que vivir es esta esquina desamparada
llena de viento y aves carroñeras,
apuesto a no morir de tanta sospecha.

Vittorio Marcelus

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