sospechosamente tuyo
hiciéramos inviernos
voy sed a los umbrales
a venerar el templo de la lluvia
voy sed a esas orillas
a pactar piel
tan invierno me fuí
que aún escarcho miradas
voy sed a esas cuevas
que talló el viento minucioso
con un cincel de lunas
abiertas al espejo
gotas lascivas
manos en penumbra
que dibujan hechizos a la espera
del beso que rompa el sueño.
Vittorio Marcelus
sábado, 26 de marzo de 2016
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