El viento arrastra voces lejanas
acerca esos fluidos fantasmales
segrega algún misterio huésped
Nos halla el mismo exilio
en la cabellera del desierto.
El cielo suda escorpiones.
Destierro en los rincones de la lluvia
condenados a roer partituras de otoño
en el áurea del oleaje
Este lento divorcio con el mundo
al igual que un tango herido
se acobacha en mis entrañas.
Vittorio Marcelus
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