alguien sacó turno para mi muerte
pero extravió aquel número,
desde entonces supervivo
a la espera que el pasado indulte
alguien murmura y no soy yo
alguien derrama esencia
desde un cántaro sensorial:
el huésped que me existe
volví a encriptarme en el mismísimo verso,
una estrategia en la aguas de la soledad
alguien me discute apenas lo advierto,
quizás un ventrílocuo ronronea
algún idioma descalzo,
otra superstición que mimetiza
volví a desterrarme
sabiendo que el perdón no llegaría,
ese cáliz ya no infunde alabanza
e indago algún pretexto para colapsar
volví al autoexilio sólo para conservarme.
Vittorio Marcellus Clementi
viernes, 28 de diciembre de 2018
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