viernes, 2 de febrero de 2007

La vida es un absurdo herido

Desde que Dios nos otrogò potestad sobre las bestias de la creaciòn, concluìmos masacre. No sòlo depredamos, exterminamos, envenenamos habitats, agua y atmòsfera, sino que ademàs nos convertimos en la vìctima predilecta de dicha infecciòn. Aùn asì nos clonamos.
De acuerdo a la Ley de Reciprocidad, recibimos lo que ocasionamos, pero ¿ quièn comenzò primero?
¿desde cuando existen enfermedades trasmitidas por el reino animal? Hablo de esas pestes que aniquilan millones.
Un breve repaso por las anomalìas, nos recordarà que el SIDA proviene, casi con certeza, de un tipo de mono, la sìfilis por las ovejas, la triquinosis, malaria, paludismo, rabia, mal de Chagas, hanta virus, etc, etc....todos obsequios de nuestros coterràneos. Exòticos, salvajes, libres, allà, en su reino...hasta que el hombre...
Cabrìa preguntarse si es una venganza de ellos hacia nosotros o si el hombre fue el primer afectado. En todo caso convenimos que la naturaleza es cruel, o, como dijo Carlitos, la partera de la violencia.
La autoconservaciòn exige eliminar la piedad. La vida es competencia, vìctima y hambre. Sexo y guerra. Pero ademàs de esta trama, existe la belleza, la armonìa, la estètica que mece caricias. Mùsica y poesìa, esa mirada hacia la Utopìa, madre de todos los dioses que sufrimos.
En resùmen: supongo a la vida como una combinaciòn exacta entre belleza y masacre. Depende de tus ojos.

Victor Clementi

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