Verte unos besos
en la infancia de una esquina
donde aprendí que también muero
de a poco si no estás en mis ojos.
Hacías desaparecer la tarde,
allí supe que los cuerpos tienen luz
a veces.
Por un rato de vos
desterré la inocencia
para convertirme en nostalgia.
Vicius Clem
jueves, 30 de diciembre de 2010
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