Con ese olor a vida
recién hembra
ella derretía paisajes
recién labios
Ella, recién antojo
acarameló las hordas
del ensueño
Recién en las polleras de la tarde
anjuagué las curvas que el misterio
antepuso a mi excelsa barbarie
Ella me dejó ser
me dejó suceder
simplemente me dejó
ahogar en un sueño
y ahora que no late despertador
alguno
la vida me sucede en otra parte.
Victor Marcelo Clementi
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