miércoles, 23 de mayo de 2007

Alineación Subliminal: En Curso

Luego de la espantosa resaca que todavía, en un lapsus atiborrado de estoicismo, me arrojé al mundo, sin un condón que acobije entero. Ruego castidad.
Sucede, me sucede, eso de cometer relatos, recuerdos de una noche mutilada, carruajes con fantasmas.
Con este afán de bacteria interurbana, seguro me postulo al panteón de los giles.
Haciéndome palabras con cachitos de ilusión y algo de cielo. Entonces me tercermundizo y logro con basura un duende.
Resumiendo: mis dudas serían síntomas de una dualidad grosera, tan insurgente que arponea esta escasa lucidez.
Los dos principios del silencio, motivo de quietud u opresión. Sospecho que el paradigma que jamás caduca es la dualidad.
Disipar al entorno. Una silueta bordea la calle, igual a un bosquejo impresionista. De a poco ahorca mi sombra. Y eclipso.
En la tarde más liviana del beso, busqué penumbra sin llegar a reo.
Todo quedó infancia y sigo nómade en la vastedad.

Victor Clementi

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