Advengo antepasados nómades
de allí que mi sangre acuse
tal cansancio y el recuerdo
de la arena me provoque refugios.
El mundo me quedó allá afuera
hace tiempo frecuento a cavidad,
el viento es un animal insonme
que hace el ruido de una luz desconocida.
El mundo merodea y yo en mi cueva
con la fogata imprescindible para espantar tabúes,
ellos le temen a lo oscuro, supersticionan:
lo opuesto no debe conciliarse
la ignorancia es un requisito de lo mágico
para que el mundo ocurra en armonía.
sábado 20 de marzo
Victor Marcelo Clementi
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