martes, 9 de marzo de 2010

Nuevas Brujas

Primero quemaban brujas en la hoguera por oponerse a la Iglesia, o simplemente por considerar sospechosa a la víctima.
También el Macartismo acusó de comunista a cuanto oponente político se cruzara para hacerlo desaparecer.
Vinieron los militares y eliminaron discrecionalmente humanos portadores de una ideología extraña para ellos, en nombre de la patria en todo latinoamérica.
Los colonialistas españoles diezmaron en nombre de dios, sólo porque los nativos eran inconvenientes para su cultura.
Los yanquis y sus secuaces israelíes ocuparon todo país petrolero disponible, en nombre de la seguridad nacional, la excusa predilecta del imperialismo. Frente a la amenaza potencial propagandeada por ellos mismos, masacran inocentes, amparándose en la acción preventiva.
Y en estos últimos años, el nuevo patíbulo, el nuevo cadalso es la droga; menos aún, una simple plantita de canabbis puede escracharte socialmente de la peor manera. Una vecina vengativa, una anciana asustada o un cholulo, puede acusarte de narco y mandarte sopre, sólo porque no le caes simpático. Así es nuestra Argentina.
LA MISMA ESTRATEGIA FUNDAMENTALISTA de relacionar droga con delito, es utilizada para desacreditar, para estigmatizar, y solo encubre la incapacidad (cuando no la complicidad) de las autoridades por frenar la delincuencia. No es cierto que todo aquel que se fume un porro es un ladrón, un violín, una bestia despiadada, un homicida: eso es propaganda nazi para sacarte de circulación, engañapichanga. Cualquier adolecente sabe o intuye que esa acusación es mentira, y eso provoca descreimiento.
OJO...no caigamos en tormentos medievales ni en excusas pasadas de moda; que la policía persiga chorros, asesinos y violadores, y no victimice más a los pibes fumando en la esquina del barrio.

Pancho Tasso

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