Exactamente ocho y cuarto, como cada noche, Hernán regresó a su casa luego del trabajo. Pero algo esta vez, igual que otras, rompió la monotonía: toda su familia lo esperaba en la puerta.
-Ocuparon la casa- dijo su mujer mientras los niños lloraban algún juguete- ¿Qué hacemos ahora?
-Recién vi un chalet cerrado a dos cuadras. Vamos a investigar.
De inmediato se dirigieron a la propiedad con intenciones de ingresar.
-No hay nadie-suspiró Hernán con cierto alivi0.
Sacó una barreta de la mochila y forzó la cerradura. -Entren, rápido- los indujo.
Una vez dentro, trabaron la puerta con algunos muebles que hallaron.
-Ya es la tercera oportunidad en el mes que debemos mudarnos- Sollozó la mujer.
-No te preocupes, es la nueva legislación: quien encuentre una casa sin habitantes, la toma, así de sencillo. No hay delito ni reclamo.
-Salí sólo diez minutos a buscar a los chicos a la escuela y ya se metieron...
-Nosotros hacemos lo mismo, no podés quejarte.
-Dicen que van a extender las tomas a los automóviles. Qué bueno..! Quiero que usurpemos un Corsa, es un sueño- Exigió la esposa.
-¿Y quién cuida la casa mientras paseamos? No sea cosa que al volver encontremos gente...
-Y bueno, dormiremos en el coche.
-Y sí...
-Acordate Hernán de llevar a los chicos bien temprano a la escuela; a ver si les ocupan los bancos y pierden el año...
-Tranquila, voy yo y vos te quedás a cuidar la casa.
-A propósito ¿trajiste algo para cenar?
-Sí, tuve que saquear unas bolsas del supermercado, mi jefe nunca paga.
-¿Viste que hoy derrocaron al presidente a las diez? Bueno, a los cuarenta y cinco minutos fue depuesto por otro golpista. Todo un récord.
-Esto no resiste más, pobre democracia, un promedio de cinco presidentes a la semana. Es un abuso.
-Es el mundo que nos toca, un mundo tomado.
Clementi Victor
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