Orbitar esos senos
anclar con mi saliva
lactear hasta niño
despierto en un columpio
esquivo los colmillos del ogro
hasta sangrar el aire
voy a dormir espejos
habitar la escalera furtiva
en la frontera entre pudor y obcenidad
quiero regresar al perfume perezoso
de la primera amante.
Vittorio Marcelus
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