Noches de boludez ornamental con epifanías grotescas
noches de regateo en la letrina de unos besos carroñeros
¿hasta cuando esta rutina bizarra?
y hablando de noches emergentes:
qué aburrida es literatura sin mujeres...
es inútil desplegar esas dotes de mago verborrágico sin ellas
Recuerdo un oasis de mujeres curiosas
ávidas por quedar anexas a una telaraña de sexo virtual,
si la suerte es aliada las rumbeanos para el catre
pero si la suerte es mocha y nos esquiva
regresamos al bulo con las ínfulas caídas
breves de lujuria y con la noche muerta.
Vicius Clem
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